Le cuento mis susurros del alma al río.
Las hojas de los árboles en el campo son parte de mis susurros.
Las gotas del sentir eran parte de los días.
Era el tiempo que necesitaba, me dijo una flor.
Así fue como dormí toda la noche.
En las noches ya no lloro.
Y, aún así, estoy.
Ya no hay oscuridad
Ya no existen llantos en los rincones de la noche.
Mi alma retoma su color.
El jardín se va cultivando de nuevo.
Y los sueños ya van teniendo su esencia nuevamente.
Ya no soy la que era antes.
Mi alma se renueva.
El tiempo me curará.
Y saldrá la luz nuevamente en los días de mi vida.