Una vez más les presentamos los mejores escritos de la noche en #EscritoresDeLaLuna
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Ahí estaba mi mayor espectáculo, la belleza en todo su esplendor; las estrellas “Que me quiten todos mis juguetes- pensaba – menos mis
estrellas”.
-Mile Orellano
“Después de la tormenta, viene la calma”. No me parecía lógico eso, pero lo era. Al finalizar la mañana, llega la noche, después de la oscuridad sale la luz, después de lo malo, llega lo bueno. Todo infierno tiene su propio cielo solo debemos buscar el camino y llegar a él.
Anónimo
En un atardecer efímero como cualquier otro, justo cuando el ultimo rayo de sol se ocultaba y aquel destello verde iluminaba los ojos de los enamorados, en un sendero de algún bosque perdido se chocaron la Ilusión y el Desamor. Cegado por su sed venganza y resentimiento, el desamor culpó a la ilusión por cada uno de sus dolores, estaba sobre sus hombros cargar con cada llanto que había sufrido, cada momento donde este se sintió incompleto. Serena y sonriente la Ilusión dejó que su compañero de aquél atardecer saciara sus quejas frente a ella. Impoluta ante aquellas atrocidades, Ilusión paso un largo tiempo escuchando las dolencias del desamor, conociendo su historia y valorando sus verdades.
Cuando el día ya era viejo, y la noche recién nacida ya abarcaba en su totalidad el cielo, Desamor dio por terminado su desahogo. En silencio y sin premeditarlo, Ilusión envolvió en un cálido abrazo a quien consideraba su amigo. Lleno de sí cada grieta y cada herida, dio al Desamor una nueva perspectiva. Era ahora un nuevo sentimiento el que lo embargaba, no había más resentimiento, no había dolor ni miedo, solo esperanza y un torbellino de ilusión burbujeando en su pecho.
—Querido viejo y nuevo amigo, la próxima vez que ciego de tu dolor te pierdas en este sendero, prometo volveremos a encontrarnos. —su voz era suave, como la caricia del viento, o el mismo susurro del bosque.— Pero debes prometer, que la próxima vez no optaras por dejar de creer en mi, no me acusarás de abandonarte. Recuerda que para que tu vivas tus experiencias, soy yo quien te da las suyas.
-Carax